miércoles, 22 de septiembre de 2010

AGUAS AGUAS!!!!

Ahora que estamos de lluvias, inundaciones y huracanes (mis oraciones para todos los damnificados del país), creo que el tema de esta semana es…. Agua…

Siendo de Coatzacoalcos para mí el agua y las lluvias no es algo desconocido (que si fuera de Sonora la historia sería diferente), en mi niñez las tormentas tropicales eran tan normales (los rayos y truenos en la noche) que ya estábamos acostumbrados, sin embargo lo que para nosotros los tropicales era habitual no lo era para todo el mundo, recuerdo cuando llegaba uno de mis primos de Monterrey a pasar las vacaciones de verano con nosotros… con cada rayo despertaba sobresaltado, y como llovía diario en mi ciudad todo el verano….. creo que el pobre no dormía mucho durante sus vacaciones…..

El 16 de septiembre de 1988 yo estudiaba la carrera en Monterrey y estábamos en pleno Simposium de Ingeniería Industrial, y esa noche como todas las noches de Simposium había fiesta…. la cual era obviamente...la mexicana!!, era en un lugar llamado Cortijo San Felipe, en la colonia del Valle de esa ciudad, yo vivía en el internado del Tec de Monterrey, que queda exactamente al otro lado de la ciudad. Estábamos en plena pachanga bailando tambora, cuando empezó a llover y alguien gritó –Llegó el huracán!!!- se supone que estuvieron anunciando desde las 9 de la noche que el huracán se había desviado e iba rumbo a Monterrey, pero nosotros, ya de fiesta, ni nos enteramos, hasta que literalmente nos cayó encima. Eran las 12 de la noche y lo único que parecía que sucedía era que había empezado a llover, para mí era una lluvia más, no tan diferente de las de Coatza, sin embargo todos empezaron a correr gritando –¡el huracán!- así que empecé a buscar al chavo con el que había llegado (que no era date, solo era aventón), ¡y ya se había ido! Y no era tan malo que se hubiera ido (que se suponía me iba a llevar al Tec) sino que se había llevado mi bolsa ¡que había dejado en su carro!!! Eso sí era un problema…. Busqué otra persona que pudiera darme el “raid” de regreso y finalmente encontré un amigo que con gusto aceptó llevarme, con el detalle que su carro tenía “spoilers” (¿recuerdan que estaban de moda en los ochenta? Para los que no saben a qué me refiero era como un faldón que se le ponía a los carros), claro, íbamos como a 20 kms por hora para evitar que se rayara el carro, pero bueno, ya íbamos rumbo al Tec, en el camino me di cuenta que en Monterrey llovía con la misma intensidad que en Coatzacoalcos, pero la gran diferencia es que en Coatza el sistema de drenajes es bastante bueno dada la cantidad de lluvia que cae en el año, así que a las 2 horas ya no hay agua, en cambio en Monterrey el agua ¡no tenía adonde irse!!!, así que solo veía como iba subiendo el nivel del agua en las calles….
Finalmente llegamos al Tec y claro, como si no hubiera tenido suficientes problemas en llegar y demás, al no tener mi cartera no traía la credencial que había que enseñar para entrar, imagínense el cuadro, era la 1 de la mañana, la lluvia super fuerte, el aire impresionante, y yo empapada en la caseta de entrada del internado peleándome con el vigilante porque no me quería dejar entrar porque no tenía identificación!!!! ...finalmente llegué a mi cuarto y como pude traté de dormir….
Al día siguiente desperté para encontrarme con que no había agua (en el internado…) y la noticia del día era que el río Santa Catarina, que normalmente era un terreno con canchas de futbol y ferias, estaba lleno de agua, fui a verlo y así era; tristemente a la gente se le olvida que el agua siempre sigue su curso, y a la lluvia de las montañas no le importó que se hubiera construido en el “lecho” del río, simplemente se convirtió en un río caudaloso que se llevó todo lo que estaba a su paso….. Así viví el Gilberto, y lo incómodo que era que no hubiera agua en los baños del internado, sobre todo si éramos 4 cuartos dependiendo de 2 baños...

Mi siguiente encuentro con agua fue en Querétaro en Septiembre del 2003…. Estaba en clase de francés en pleno centro de la ciudad cuando llegaron los de protección civil a pedirnos que saliéramos porque se estaban inundando las calles, y yo sin recordar lo que significaba eso de mi experiencia anterior con agua pensé –ahorita se vacían- jajajaja ilusa yo, salgo de la clase, me subo a mi carro (que en ese entonces era un jetta) y empiezo a circular por una calle pequeña rumbo a una calle grande (en las ciudades que están hechas para agua normalmente en las calles grandes es donde el agua se va más rápido) mientras iba acercándome a la calle grande (que en este caso era Zaragoza) el agua subía cada vez más, delante de mí iba un camión que hacía olas cada vez que avanzaba, atrás de mí otro carro, y el agua subía al grado que hubiera podido sacar la mano por la ventana y tocarla!! Era impresionante, y de pronto el carro dejaba de estar en contacto con la calle, solo flotaba, la sensación era espantosa; salí a Zaragoza y el cuadro era peor, una docena de carros parados y todo inundado, como pude avancé y llegué a una subida, claro, pasando por un camellón que no vi por estar debajo del agua y llevándome la protección que tienen los autos en la parte de abajo de corbata…. Para poder salir de ahí y llegar a mi casa hice algo brillante….. ¡seguí a un taxi!!! Ellos conocen las calles y cuáles están más secas (quizás no todos los taxistas, pero si ves uno que va medio rápido quiere decir que sabe por donde va)… así llegué a mi casa….Al cambiar mi auto al siguiente año busqué una camioneta y mi primera pregunta era….. –¿Cuánto aguanta de agua?

Mi tercer encuentro con agua fue en Cancún en Septiembre del 2004 (si, nuevamente en el noveno mes del año), con la amenaza del huracán Ivan. Me estaba hospedando en el hotel Meliá (en esa época, antes del Wilma, la mayoría de los hoteles no tenían cortinas antihuracanes ni nada por el estilo), llegamos a la recepción una noche después de cenar, para encontrarnos con una nota donde nos pedían que empacáramos todas nuestras cosas y estuviéramos listos por si había que evacuar el hotel, nunca había vivido yo algo así, por lo que rápidamente empacamos y nos dormimos vestidos, a las 6 de la mañana nos llevaron un comunicado donde decía que a las 8.30 de la mañana iban a pasar por nosotros, que dejáramos las maletas en la tina del baño cubiertas con toallas y saliéramos solo con la bolsa de mano, una colcha y una almohada… llegaron a las 8 de la mañana por nosotros y mientras salíamos ellos ponían la televisión sobre la cama y usaban los colchones como protección contra las ventanas….
Dado que todo el frente del hotel estaba cerrado con maderas, nos llevaron por dentro del edificio (vimos la cocina y todo el “backstage”), y llegamos a uno de los salones para fiestas, que se había convertido en albergue temporal, ahí íbamos a estar hasta ver si el huracán tocaba tierra en Cuba o se desviaba a Cancún, en caso de ser así nos enviarían al centro de la ciudad.
Fue muy interesante la experiencia, sociológicamente hablando…. Llegando al salón vi que habían puesto muchas sillas como para que la gente se sentara, sin embargo las personas las utilizaron para crear la frontera de su espacio, es decir, ponían las sillas en círculo para sentarse o acostarse en el centro con su grupo…. En el hotel nos dijeron que no nos preocupáramos, que iban a dar comida constantemente, de hecho cuando llegamos había un desayuno continental, es decir panes, yogurt, café y té y agua… A las 12 del día sirvieron sándwiches y papitas, para quien comiera lunch tipo americano… la gente agarraba 3 y 4 sándwiches por persona, como si se fuera a acabar la comida, la verdad es que nadie tenía mucha hambre, pero se dio el fenómeno de sentir que se acababa, y aunque estábamos cuidados, contenidos y protegidos, digo, estábamos dentro de un lugar cerrado con la promesa de tener comida todo el día, una promesa que además se estaba cumpliendo, el sentir de la gente era… que la comida se iba a acabar y había que agarrar tanta como pudieran!!.... claro, a las 2 de la tarde llegó la comida tipo latina, es decir, pollo guisado con arroz y vegetales, y también se formó todo el mundo a comer (acabábamos de comer sándwiches y papas), y a las 6 de la tarde se sirvió el “dinner” para los que tenían horario americano, y siguieron comiendo y lo mismo a las 8 de la noche con la cena, increíble, ese día comimos alrededor de 5 comidas completas y más que hambre en mi opinión era la desesperación y el aburrimiento …. A las 5 y pico de la tarde decidí caminar dando vueltas alrededor del salón y vi como se habían hecho grupos donde la gente jugaba cartas y dominó, había lugares de familias con muchos niños, había mucha gente dormida, es increíble como la gente evade las situaciones estresantes durmiendo….
Hubo un momento alrededor de las 7 de la noche en que nos dejaron salir un momento y alcancé a ver las olas… alcanzaban como los 8 metros!!! (no es que yo sea buena calculando la altura de las olas, para mí estaban simplemente altísimas, uno de los del hotel fue el que me dijo cuantos metros eran jejejeje).
A las 9 de la noche ya había pasado el peligro, el huracán se había desviado y nos dejaron salir, esa mañana, cuando llegué al salón vi que habían puesto muchas almohadas juntas para que los niños jugaran, y al salir vi que todavía habían niños jugando que no se querían ir y que le decían a su mamá –¿podemos repetir esto mañana?- la inocencia de los niños……

Estas han sido algunas experiencias con agua, para que los que nunca lo han vivido sientan un poco lo que es estar en medio de un huracán o de lluvias torrenciales…. No puse la desesperación y la angustia que se siente, o la sensación espantosa de desastre que se vive “al día siguiente”, pero créanme, es horrible… así que lo mejor que podemos hacer, como dijo una prima, es tener todos nuestros papeles importantes embolsados y a la mano…Recordar que no importa la posición social, el nivel económico, la edad o la filosofía de vida, en cualquier momento podemos estar en medio de un desastre natural y quedarnos sin nada… y en ese momento sería fabuloso que alguien nos ayudara y pensara en nosotros, así que ahora, es el momento en que nosotros ayudemos: a la gente de Monterrey que todavía se están recuperando del Alex, a la gente de Veracruz, Oaxaca y Tabasco después del paso del huracán Karl... Ayuda, Participa, Coopera, porque un granito de arena siempre ayuda en la construcción de una playa…

Saludos y que tengan muy buen fin de semana

Paz a todos
Tais