jueves, 30 de septiembre de 2010

TOMA EL LLAVERO ABUELITA...

Esta semana estuve en el hospital, no como enferma sino como acompañante de mi abuela, la cual ha estado malita…. Y tuve tiempo de disfrutar el estar con ella y de recordar todo lo que ella significa para mi….
Los abuelos…. Esos personajes en nuestras vidas que están ahí y nos cuidan pero no nos regañan, que nos consienten y nos hacen sentir especiales…..
Mi abuela materna era maravillosa, recuerdo tantas cosas de las vacaciones en su casa, principalmente los tacos de tortilla de harina recién hecha con huevito con chorizo o con frijoles con queso, recuerdo que podíamos ver televisión toda la tarde porque estábamos de vacaciones… ella era chiquita y parecía frágil, pero tenía una fortaleza interna impresionante, y vivía para mi abuelo, en ese entonces he de reconocer que a veces lo resentía, porque yo quería más atención, sin embargo a lo largo de los años ese ejemplo de amor dejo mucha huella en mi. Toda la familia giraba alrededor de ella, señales claras de su fuerza, de su amor y su paciencia. Su aceptación hacia la gente y hacia las diferentes formas de ver el mundo la hacían verdaderamente admirable; ella vivió dos embolias, una cadera rota, los últimos dos años de su vida en cama, siempre con una tolerancia y una entereza que me enseñaron mucho del valor de la vida y la aceptación de las cosas que no podemos cambiar…
Mi abuelo materno era un hombre (como diría mi sobrina) muy, pero muy, pero muy, pero muy… recto y trabajador, de esos hombres de antes que vivían una vida sencilla y plena, iba a caminar en las mañanas, trabajaba todo el día y regresaba a casa a darle un beso a su esposa al caer la tarde, mi abuelo no era muy expresivo, sin embargo en su forma nos quería mucho, aceptaba con agrado un abrazo y más si iba acompañado de unas nueces garapiñadas, era antojado y le gustaba cocinar (a mi abuela no le encantaba que decidiera hacer barbacoa de hoyo en el jardín).
Mis abuelos maternos cumplieron 60 años de casados, recuerdo cuando le pregunté a mi abuelo cómo le habían hecho para llegar a tanto, su respuesta fue: -no pensabas en salirte sino en arreglarlo-, y mientras me decía esto veíamos el programa “Ecochallenge”, un programa de carreras en condiciones extremas, donde el equipo tiene que ir a un ritmo y llegar juntos, y mientras lo veíamos ese día un equipo se estaba peleando porque no habían hecho bien las cosas y uno de los integrantes se había lastimado, decía el conductor del programa que tenían que arreglar sus problemas y olvidarlos, porque para poder llegar al final no podían tener resentimientos ya que les iba a afectar en las duras pruebas de la carrera y no iban a lograr acabarla; al ver ese programa dijo mi abuelo –eso es un matrimonio, no puedes tener resentimientos y continuar tratando de caminar porque no llegas al final, lo mejor que puedes hacer es arreglarlo y olvidarlo, sin pensar que ya te vas a salir, sino que vas a seguir, solo así cumples 60 años de matrimonio-. Ese era mi abuelo, su forma tan clara de ver el mundo, puedo decirles que cuando mi abuela murió él dijo – ya me quiero ir- y le tomó un poco más de tiempo, pero él había dejado de estar cuando ella se fue, después de 60 años, más que una pareja, eran un verdadero equipo.
Mi abuelo paterno murió cuando yo era muy chica, tuve la suerte de conocerlo y de disfrutarlo un rato, y eso fue maravilloso….soy la mayor de los nietos, así que cuentan que cuando nací era….” La cría”, claro, mi abuelo estaba fascinado con la nieta!, no vivíamos en la misma ciudad que él, pero recuerdo que cuando llegábamos a visitarlo, yo corría y “escalaba” la silla donde él estaba sentado, una chiquita de dos o tres años subiendo una silla de comedor de esas antiguas, dice mi mamá que venía ella atrás de mi para que “no molestara al abuelo” y que mi abuelo solo levantaba la mano indicando que me dejaran, pero no decía nada, porque se supone que él no me había visto, ése era nuestro juego, así que cuando lograba escalar la silla, seguramente enterrándole mis manitas en sus piernas y brazos, llegaba a su altura y gritaba “ya llegué” y él decía –pero cuando llegaste si no te había visto- era un juego muy divertido para una niña.
Mi abuelo murió cuando yo tenía 4 años, y lo recuerdo como si fuera ayer, uno de adulto cree que los niños no van a entender qué sucede y por lo mismo no les dicen nada…. Los niños quizás no entiendan, pero yo recuerdo la tristeza, lo frío que se sentía, el descontrol, y no sabía que pasaba y me imaginaba lo peor (mi papá y mi mamá llorando…. El mundo se estaba acabando!!) si tienen niños chiquitos y sucede algo así, explíquenles, es mejor, por lo menos ya no se tienen que imaginar lo peor….
Mi abuela paterna fue mi gran apoyo y confidente, viuda desde mi niñez y siendo yo la nieta mayor he de reconocer que ha sido una influencia muy grande en mi vida, me ha enseñado muchas cosas, entre las que destacan la alegría de vivir y de  bailar, me identifico con ella en mi necesidad de controlar al mundo y en mi amor por los viajes, ha estado en mi vida desde siempre y se ha entregado a sus nietos yendo a bautizos, cumpleaños y graduaciones, siempre disfrutando sus logros y metas.
Para mí los abuelos son la continuidad en la familia. Para muchos niños son el sentir que no están solos con sus papás, que si necesitan algo más, están los abuelos, es el saber que cuentan con más gente en sus vidas.
Si un adolescente se enoja con los padres muchas veces se va con los abuelos, porque sabe que no lo van a juzgar, que lo van a amar, que van a aceptarlo aunque no lo entiendan.
Los abuelos…. Una especie en extinción… ya en muchos países los abuelos han dejado de existir, y no porque no sean reales (todos tenemos abuelos, así como todos tenemos padres, digo, de algún lado salimos), sin embargo ya no se frecuentan, los abuelos “ya no tienen tiempo” de estar con los nietos, los padres ya no llevan a sus hijos con sus abuelos porque no pueden perder el tiempo en “sensiblerías”.
El tener un abuelo nos ayuda a recordar quienes somos, de donde venimos, porqué somos así, nos da la sensación de apoyo y contención, nos permite ser íntegros en este mundo… si no tienen abuelos o sus hijos no cuentan con un abuelo, busquen una tía abuela, una vecina con necesidad de nietos, busquen ese apoyo maravilloso que da el tener alguien que nos espere a comer los fines de semana, que si estamos tristes podemos platicar con él o ella. Fomenten la relación con los abuelos, los de ustedes o de sus hijos,  búsquenlos y platiquen con ellos, hagan actividades y disfruten juntos, que, a la larga, es lo que recordarán, ese calor y esa enseñanza que tuvieron a lo largo de su infancia….
Saludos y que tengan muy buen fin de semana

Paz a todos
Tais