jueves, 18 de noviembre de 2010

LAS MIL Y UNA CITAS.......

“Las mil y una noches que pase contigoooo” canción de Flans maravillosa de los 80’s, y bueno, no fueron las mil y una citas pero como  diría el libro de “Las Mil y Una Noches” y su protagonista Sherezada…. hay muchas historias para platicar con respecto a citas, y éstas son algunas de ellas…..
Las citas, esos momentos tan complicados desde que somos adolescentes…. Recuerdo una de mis primeras historias de “cita” con un chavo…. Yo tenía 14 años y llegó a mi casa mi primer novio a visitarme, "novio" es una palabra muy grande para describir la relación, pero a esa edad para mí era más que oficial jejejeje, llegó y nos sentamos en el recibidor (en ese entonces así se usaba, no se burlen), ya saben, la intención de agarrarnos de la mano era un poco difícil dado que no había un sillón completo sino dos sillas… ahí estábamos platicando cuando llegó mi papá y de lo más lindo y agradable nos dijo que iba a preparar un licuado de frutas y que si deseábamos un poco…  yo debería de haber sospechado algo puesto que él jamás entra a la cocina, pero en mi inocencia adolescente y el nervio del primer novio en mi casa….  no lo pensé y acepté gustosa, el pobre chavo tratando de quedar bien también aceptó…. cuando llegó mi papá con el “licuado” lo probé y sabía ¡espantoso!! ¡horrible!, por supuesto el pobre novio se lo tomó completo y sonriendo dijo –gracias está delicioso- y yo con cara de what?, cuando finalmente se fue el galán y confronté a mi papá...él reconoció que había hecho un licuado de frutas: plátano, sandía, guayaba y no sé qué otra fruta, y no le puso azúcares, para qué si tenían endulzante natural… como cita fue…. ¡fatal!!!
Qué decir de las citas donde mi hermana iba de “chaperona” porque no me dejaban ir sola al cine con un chavo. Cuando íba a una reunión con los amigos y me quería ir con el novio, tenía dos opciones: que fuera  mi hermana con nosotros en el carro o él se iba en su carro y yo en el mío, porque no podíamos ir juntos en el mismo vehículo…..
Ya en el Tec, uno de los momentos más memorables en una cita no se dio al momento de la misma…. sino al llegar a mi casa de regreso…. resulta que llegué con el galán del momento para encontrarme con que….. ¡otro pretendiente me estaba llevando serenata en ese momento!!!!, imagínense el llegar, explicarle al que estaba al lado de mí que había alguien más en la redonda, despedirme rápidamente,  subir a mi departamento, sonreír y decir –ups! ¿Qué tal si entro y me hago la sorprendida?- al final no fue ninguno de los dos el definitivo jejejejeje.
Cuando estaba estudiando la carrera en Monterrey, yo era “estudihambre” y los que me rodeaban también (recuerden que éramos foráneos), sin embargo eso no era impedimento para andar de novia o salir con alguien, entonces lo que hacíamos era, dependiendo del día, uno u  otro pagaba con la tarjeta del papá (esa para emergencias) y solo decíamos –gracias señor González por la cena- o con el nombre del papá del galán en cuestión, ingenioso ¿no? Claro, a mi papá no le parecía tanto jejejeje.
Aquí cabe perfecto la anécdota de uno de mis primos el cual es de esos chavos a los que no se les cierra el mundo.... él tampoco tenía dinero para salir, pero en vez de estresarse decidió hacer algo original… cuando salió con una chava regiomontana (o sea local) que por supuesto se esperaba la comida si no en un restaurant de lujo por lo menos en un Chili’s, se encuentra con que mi primo la sube a un ecotaxi (bocho) y se la lleva al mercado a comer tacos, en otra situación la chava se hubiera traumado, pero como mi primo supo manejarlo muy bien, lo tomó como una aventura de esas que no se tienen fácilmente, y fueron cuates por mucho tiempo (ya no supe si la relación llego a más jejejeje).
Ya graduada llegué a visitar a una amiga en una ciudad del norte del país, la cual me hizo una cita con un chavo que yo ya había visto en el Tec, pero con el que nunca había entablado una conversación. Llegó la hora de la cita, yo super arreglada…. fuimos a cenar a un restaurant muy elegante… a la hora de ordenar él se vió muy bien y pidió “fondue francés”, que es un platillo donde te llevan a la mesa un recipiente con aceite y lo que se hace es: se pone en un tenedor de fondue un trocito de carne o de verdura y se mete en el aceite para que se fría. Existe el “fondue de queso”, donde se pone un pan en el tenedor de fondue y se mete al recipiente, el cual está lleno de queso, la diferencia fundamental entre los dos fondues (además por supuesto de sus ingredientes) es que en el fondue de queso se puede comer directamente del tenedor de fondue y en el otro…. hay que poner la carne en el plato y comerla con el tenedor normal dado que el tenedor de fondue está hirviendo…. ¿A que se debe tanto rollo de explicación? A que en plena primera cita con un muchacho nuevo en un hermoso restaurant muy elegante….. se me olvidó que no era fondue de queso sino fondue francés y me metí el tenedor de fondue recién salido del aceite a la boca….. por poco y ¡me hago labio leporino del grado de quemadura que me hice!!!….. entre el grito…. el correr al baño….. y el llévame a la casa….. se acabó la cita……
En el '97 (ya hace algunos años) yo estaba estudiando fuera del país, y una de mis tías me dijo que quería que yo conociera a un chavo porque se le hacía que nos íbamos a llevar muy bien, así que le dijo a él que yo le iba a escribir, dado que todavía no existía bien el email, lo que hacíamos era…. ¡escribirnos por fax!!! Tal y como lo leen, yo escribía una larga carta en una hoja que se enviaba por fax a la hora de la salida de la escuela y recibía una igual al día siguiente…. escribíamos de todo, poemas, anécdotas, qué les puedo decir, éramos tal para cual en papel….. después regresé a México y quedarnos de vernos…. nos vimos en un restaurant muy elegante del DF, llegamos, nos sentamos y a la hora de ordenar él le preguntó a la mesera qué le recomendaba y la muchacha le dijo que el pollo tal estaba bueno, y la carne de este otro estilo también, y así varios platillos, y él le dijo –tráeme lo que tú creas que me va a gustar- no sé qué fue peor, si la cara de ella o la mía, fue un momento raro….. la mesera se puso súper nerviosa y le dijo que no podía hacer eso, que ella no sabía qué le gustaba a él, a lo que mi galán contestó –imagínatelo- ya para ese momento a la mesera y a mí nos estaba dando el ataque, pero él no cedió ni medio milímetro…..finalmente la muchacha le trajo un platillo y al momento de probarlo el comentario del cada vez menos galán fue –guácala, esto no me gusta nada- a punto estuve de vaciarle encima el plato, solo atiné a sonreír y a esperar que acabara pronto la cena……
Es difícil salir con alguien, antes la familia hacía los encuentros para que los hijos se conocieran, pero cada vez le hacemos menos caso a la familia…. así que ahora salir en una cita es una aventura, un momento de búsqueda, un tirarnos un clavado con los ojos cerrados a la alberca…..
Para muchos de nosotros la vida es una ilusión, conocemos a alguien y le ponemos nuestra proyección encima, así deja de ser él o ella y se convierte en lo que nosotros queremos que sea, lo que nos lleva a veces a encontrar una gran decepción al enfrentar la realidad de esa persona…. y otras más a encontrar a alguien mucho más agradable y afín de lo que pensábamos……
Nos ilusionamos al tener una cita, nos vestimos (las mujeres usualmente hacemos todo el proceso del shopping y lo demás) nos arreglamos para ver a ésa persona que creemos va a reunir las características que nuestra imaginación creó como la pareja ideal…… a veces son excelentes citas y a veces... seguimos buscando la siguiente ilusión……
Saludos y que tengan muy buen fin de semana
Paz a todos
Tais