viernes, 12 de octubre de 2012

CAMBIANDO...

A todos nos cuesta cambiar y nos cuestan trabajo los cambios.... Durante más de un año tuve una sala nueva sin usar, mientras usaba un sillón que quizá no era tan cómodo como el nuevo, pero era "conocido".... Yo estaba acostumbrada a usarlo, la idea de sacarlo de mi casa me hacía sentir como que iba a dejar atrás una parte de mi, y....solo era un sillón.... Puse mil pretextos, entre ellos, mi perro está chiquito y va a ensuciar el sillón nuevo....

Ahora finalmente entendí, que la que no estaba viviendo su sillón nuevo era yo, que el miedo de que se "echara a perder" me estaba haciendo vivir en un sillón que ya había acabado de ser mío....

Hoy saqué el sillón viejo de mi casa....alguien más lo usará mientras yo uso mi sala nueva.... Aún cuando estoy segura de que fue lo mejor, tengo que reconocer que me costó, es más, le costó a mi perro, como que le quedaba más alto, se acomodaba diferente....

En general, los seres humanos somos de rutina y costumbres, los cambios nos cuestan a todos, a unos más que a otros.... A mí me cuesta dejar las cosas, hace poco me dí cuenta que hace más de 6 meses me compré una cartera nueva, que pensaba cambiar rápidamente, pero hasta la fecha sigo con la anterior, esperando el momento en que ya por necesidad la tenga que cambiar, no por gusto....

Recuerdo una vez que realizamos un proyecto de análisis y pronóstico de inventarios, mi socia y yo cambiamos la forma de calcular el pronóstico de inventario de los productos, lo cual hacía que la cantidad de pedido para resurtir los productos variara... Grande fue nuestra sorpresa cuando el primer mes el resultado fue prácticamente el mismo...no había cambiado nada; la persona que nos contrató, nos mandó llamar muy molesto porque no veía un cambio como resultado de todo el proyecto que habíamos realizado.... Tuvimos que seguir paso a paso todo el proceso para descubrir que, la persona encargada de hacer los pedidos, con una gran resistencia al cambio, sacaba los datos de la computadora de lo que debía ordenar, hacía el cálculo a mano como se había hecho los últimos 10 años y el resultado del cálculo a mano era el pedido que realizaba.... Nos costó entender la importancia de la resistencia al cambio en el elemento humano de toda empresa....

Nos cuesta cambiar, por costumbre, por comodidad, por apego y muchas veces por miedo.... Hay pequeños cambios, como cambiar de ropa o de muebles que nos cuestan mucho, pero los cambios que pueden crearnos un estrés tal que muchas veces preferimos no hacerlos son los que implican cambiar de trabajo, de ciudad, de pareja.... Dejar atrás lo conocido por lo "mejor" por conocer...

Hace poco hablaba con una persona que está tratando de tomar la decisión de salirse de una relación totalmente disfuncional, y me decía -es que ya sé cuáles son sus costumbres y sus hábitos, empezar de nuevo a conocer a alguien me estresa mucho-... Así es, lo nuevo nos estresa, así como yo preferí durante un año estar con un sillón incómodo y viejito en vez de usar mi sala nueva, así muchas veces permanecemos en trabajos que nos agotan, en relaciones que nos desgastan, en situaciones que nos demeritan, por el miedo a lo nuevo, a lo diferente, a no ser capaces, a que las cosas sean dificiles, a que no nos gusten, a que nos cueste trabajo entenderlas o acostumbrarnos....

En fin, tantas y tantas razones por las que nos cuesta trabajo cambiar, sin embargo es mejor dar el paso, atrevernos y arriesgar, porque así como yo descubrí lo agradable que es estar sentada en un sillón nuevo y cómodo, así podemos encontrar que el cambio fue lo mejor que nos pudo suceder....

Que tengan muy buen fin de semana

Paz y abundancia

Tais

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión. Te mando un gran abrazo y un beso!

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  2. Tais,es un hecho, nos cuestan muchos los cambios, pero como dice el dicho "Renovarse o morir". seguimos en contacto. un abrazo fuerte.

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